Wall Street sigue sin levantar cabeza: el Dow pierde más de un 3% en la semana

Los futuros ligados al DOW JONES bajan un 0,51% hasta los 32.096 puntos, mientras que los del S&P 500 ceden un 0,41%, en 3.904 puntos. Los futuros del NASDAQ 100 bajan un 0,14% hasta los 11.990 puntos,

Los grandes índices neoyorquinos vienen de una jornada ayer muy negativa. El Nasdaq Composite  registró una caída del 2,05%, mientras que el S&P 500  cayó un 1,85%. El Dow  perdió 543,54 puntos, un 1,66%, cerrando además por debajo de su media móvil de 200 días por primera vez desde el 9 de noviembre. Los tres índices van camino de terminar la semana con una caída de al menos el 3%.

Los valores financieros lideraron el duro castigo sufrido en la sesión del jueves, arrastrados por el desplome del 60% de SVB Financial tras anunciar un plan para captar más de 2.000 millones de dólares de capital en un intento de compensar las pérdidas por la venta de bonos. El valor se hunde otro 40% en la preapertura.

El anuncio provocó ventas masivas en todo el sector financiero, ya que los inversores temen cada vez más que la subida de los tipos de interés provoque pérdidas en los préstamos bancarios por impagos de los prestatarios. El sector financiero fue el de peor comportamiento dentro del S&P 500, con una caída del 4,1%, su peor día desde 2020.

“El asunto es que no se trata de un problema específico de un banco sino que parece algo más sistémico”, apunta Antonio Castelo, especialista de mercados de iBroker, que explica que “lo realmente grave es que los bonos contabilizados en los libros de valores mantenidos hasta su vencimiento se registran al valor de vencimiento”. En otras palabras, “las pérdidas no realizadas no aparecen en los estados financieros de los bancos”, lo que “crea un esquema de incentivos para aparcar los bonos en esta categoría contable”. 

“La otra cara de la moneda es cuando se necesita liquidez”, añade Castelo. “Con la subida de los tipos buena parte de las carteras a vencimiento han perdido valor de mercado si necesitan ser realizadas”. “Hasta ahora los bancos centrales venían comprando las carteras de los bancos”, pero con los programas de reducción de balance de la Reserva Federal, ahora las entidades deben acudir al mercado para vender sus carteras.

El otro gran foco de la jornada apunta al informe de empleo de febrero, que el Departamento de Trabajo publicará poco antes del toque de campana. Los economistas encuestados por Dow Jones esperan que las nóminas no agrícolas aumenten en 225.000 en el mes, lo que marcaría una desaceleración en el crecimiento desde la inesperada ganancia de 517.000 de enero. Según Dow Jones, se espera que la tasa de desempleo se mantenga en el 3,4%, sin cambios desde enero, cuando alcanzó un mínimo no visto desde 1969. Los economistas estiman que los salarios por hora habrán aumentado un 0,4% respecto al mes anterior y un 4,8% respecto a hace 12 meses.

Aunque la lógica dictaría que un robusto aumento del empleo sería positivo para la economía, un informe mejor de lo esperado puede hacer bajar la Bolsa, recuerda Juan J. Fernández-Figares, director del Departamento de Análisis de Link Securities. “Unas cifras que muestren una significativa desaceleración de la creación de empleo en el mes serán muy bien acogidas tanto por los mercados de bonos como por los de acciones”. En sentido contrario, “unas lecturas que superen lo esperado por los analistas pueden provocar que ambos mercados profundicen en la corrección”.

El motivo de este comportamiento, las implicaciones en los futuros movimientos de tipos de la Fed. Según la herramienta FedWatch de CME, los operadores están valorando en aproximadamente un 63% la posibilidad de que la Reserva Federal suba los tipos medio punto porcentual en su próxima reunión de política monetaria dentro de unas dos semanas. Y el informe de empleo será un factor clave en esa decisión, dado que el banco central sigue centrándose en la fortaleza del mercado laboral como justificación para subir los tipos.

La temporada de resultados trimestrales está prácticamente finiquitada, pero siempre hay algunas empresas un poco más rezagadas. Es el caso de Oracle, que registra caídas de casi un 5% en el parqué tras presentar cuentas: aunque superó las expectativas de los analistas en cuanto a beneficios, no lo hizo en cuanto a ingresos en su tercer trimestre fiscal. Oracle obtuvo un beneficio ajustado de 1,22 dólares por acción, frente a los 1,20 dólares esperados por los expertos, mientras que los ingresos alcanzaron los 12.400 millones de dólares, frente a los 12.420 millones previstos por Wall Street. La empresa también aumentó su dividendo trimestral de 32 a 40 centavos.

Más fuertes aún, de un 7%, son las caídas para Gap, que ha anunciado que registró pérdidas en el cuarto trimestre de 75 centavos por acción, muy por encima de los 46 centavos por título que había augurado el mercado. Los ingresos fueron inferiores a lo previsto, con 4.240 millones de dólares, frente a los 4.360 millones esperados. Gap espera además que sus ingresos disminuyan en el primer trimestre y el conjunto del ejercicio respecto al anterior.

En los mercados de materias primas, los precios del petróleo siguen sin levantar cabeza y se encaminan a su mayor pérdida semanal en un mes. El barril de West Texas estadounidense se paga a 74,96 dólares, un descenso de un 1,02%, mientras que el crudo Brent de referencia en Europa cae un 0,92% hasta los 80,91 dólares.

En la renta fija, las rentabilidades de los bonos parecen dar una tregua antes del informe de empleo, con el bono de deuda a diez años ofreciendo un rendimiento de un 3,859%, seis puntos básicos menos. La rentabilidad del bono a dos años retrocede otros seis puntos hasta el 4,843%, alejándose del umbral del 5% alcanzado esta semana.

El euro recupera de nuevo a los 1,06 dólares, con una subida del 0,17% hasta marcar un cruce de 1,0601 dólares por cada moneda comunitaria.

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